Necesaria relación de las empresas con la universidad

Ayer tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios y presidente ejecutivo del Grupo Boluda, en la Universidad Jaume I de Castellón. 

La ponencia que llevaba por título «Los retos de la sociedad de la Comunidad Valenciana: Construyendo Futuro” me sorprendió gratamente, ya que el Sr. Boluda fue bastante sincero y directo en sus opiniones entre la relación empresa-universidad, empresa-política y empresa-sociedad. Comenzó realizando un diagnóstico de la situación actual de la Comunidad Valenciana enumerando una serie de debilidades, como la apatía y falta de compromiso de la sociedad civil, dependencia excesiva de los políticos, carencia de signos de identidad propios que unan frente a los ataques externos, la fragilidad del modelo económico y una costumbre malsana a las subvenciones no productivas. Para finalizar explicando una serie de propuestas para mejorar el sistema actual como son la firma de un pacto de transparencia (en general y sobre todo para los poderes públicos y las entidades que gestionen recursos públicos), mayor participación civil, impulsar el Corredor Mediterráneo, solucionar el déficit hídrico o remodelar la financiación autonómica, entre otras.

Pero en lo que se refiere a la relación universidad-empresa, consultado por ello, afirmó que esa relación era absolutamente necesaria, pero que la Universidad no debía esperar a que los empresarios fueran a la universidad («ya están bastante liados», afirmaba), sino que era la Universidad la que debía acercarse a las empresas para ofrecerles vías de colaboración. Creía que no se explotaba bastante esta relación, y que seguía existiendo en España una barrera entre universidad y empresa, a diferencia de lo que ocurre en universidades anglosajonas.

Sólo finalizar la conferencia, algunas personas comentamos la inexistencia en las universidades de unidades organizativas que promovieran las relaciones universidad-empresa. Sí, existen Fundaciones Universidad-Empresa, que precisamente su objetivo principal es ese, acercar al sector empresarial a la universidad, pero en muchas ocasiones la relación entre estas fundaciones (entidades propias y diferenciadas de la universidad) y sus propias universidades no es todo lo fluida que cabría esperar, o al menos, no tienen objetivos estratégicos comunes en la relación universidad-empresa. 

Comentábamos la necesidad de que las universidades, independientemente de la existencia de Fundaciones Universidad-Empresa, tuvieran unidades centrales que también gestionaran la relación con el entorno empresarial. Estas unidades aglutinarían y fomentarían las relaciones que se establecen de forma individualizada por parte de los servicios de investigación, los servicios de empleo y prácticas, o los servicios de marketing y publicitarios.

Curiosamente, esta conferencia coincidió ayer con una jornada de huelga de los estudiantes en las universidades públicas (reivindicación con la que estoy de acuerdo), pero a la salida de la conferencia el Sr. Boluda y el presidente del Consejo Social de la UJI, el empresario Rafael Benavent, tuvieron que aguantar los cánticos de un grupo reducido de estudiantes de «Fuera empresas de la universidad», como bien recoge el director del Periódico Mediterraneo en su editorial de hoy. Estoy en desacuerdo con esos cánticos, no creo que haya que mezclar las cosas. La relación entre empresa y universidad es absolutamente necesaria. Y quién se excusa en la posible «mercantilización de la universidad», simplemente pone trabas a la evolución de la universidad, y también de la universidad pública, y a la empleabilidad de los estudiantes universitarios.

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